domingo, 12 de septiembre de 2021

Pasando en limpio

 Pasando en limpio (9 de septiembre)

Es otro día más en el planeta que convive con el coronavirus. ¿se terminó la pandemia? Es otro día más en el que octi no está con nosotros.

Hace unos días largos que no escribo. Pasaron muchas cosas pero no lo puedo decir. De lo que sí puedo hablar es del futuro desastroso a nivel político y económico. Las elecciones son muy feas a nivel nacional aunque a nivel local se discuten un poco las cosas importantes.

No sé si hablé sobre las quemas de las islas. Nos denigraron. En un mundo donde existe una pandemia mundial por culpa de un virus que ataca al sistema respiratorio acá, en mi ciudad, queman islas y el humo llega a la ciudad. Esto es no pensar en nadie más que en términos económicos. ¿Qué harán con las islas? ¿qué plantarán?

Estuve leyendo un libro que se llama “Lo que está mal en el mundo” de Chesterton. Muy interesante desde qué lugar hace una lectura de la sociedad. Critica tanto al industrialismo como también al socialismo, al progresismo como al conservadurismo. Aunque toma una posición religiosa extraña para la época, pero me hace dudar que solamente es un capote, como el cuento, y lo que es de verdad es una persona sin fanatismo. No se casa con nadie.  

 Estuve en una reunión con amigas. La charla se tornó complicada y muchas veces cada uno se encerraba en su postura que no decía nada. Existen personas que tienen casa y otras que van de alquiler en alquiler. Las que desean casas y las que saben que seguirán viviendo en de alquiler. Es extraño categorizar de esa manera, pero tiene que ver con algo que decía Chesterton. A veces, lo único que quiere una persona es su casa.  No importan la sexualidad, su genitalidad, sus ideas políticas, su manera de hacer arte, sus caprichos, si quiere comer primero el postre y luego todo lo demás. Lo que quiere, según Chesterton, es ser una verdadero anarquista dentro de sus cuatro paredes. Y si quiere comerse el piso podrá hacerlo. Es su casa.

Pero dice Chesterton que fue un gran error del socialismo. La importante de tener su propia casa. Y no una casa social donde una casa está pegada al lado de la otra. Una casa de verdad.

Creo que si algún político hablara de esto, encontrara una solución, podría ganar fácilmente las elecciones.

 

Un día después vuelvo a sentarme delante de la compu. Empiezo a teclear y desde que me desperté siento que mi mente es como un grillo. Salta de una lado al otro sin saber a dónde va a caer. Va de un pensamiento a otro. Intento ordenar las ideas pero todo es un río sucio que corre llevándose cualquier basura natural o creada por el hombre.

Es interesante observar como capto las ansiedades de los demás. A veces una persona llega a mi casa y me invita, la verdad que me increpa, a hacer más cosas. Como si hacer más cosas fuera una manera de estar mejor. Pero esta persona llega a mi casa a decir que las cosas no están saliendo bien. ¿es la manera de decir que las cosas no están saliendo bien? No, no es la manera. No quiero que nadie venga a tirarme sus problemas. O que me vengan a decir “vos tenés problemas” El único problema es de esas personas, y otras, de no poder resolver sus propios problemas. Se me quedó una frase de Sócrates que decía que las personas necesitan tiempo para ser buenos. Hoy en día, cuando debés vivir para trabajar, y no al revés, es casi imposible hacer cualquier cosas que demande más tiempo que lo demás.

Yo puedo porque me puse ese objetivo. Además también tiene su consecuencia vivir con lo mínimo. Típico de cualquier persona que le interese el arte, sea la música, la escritura, el dibujo, el cine, o las historieta, sabe que es él con su arte y poco importa si podrá vivir un poco más de plata. Es cruel, pero tampoco es que veo que las personas que se exigen así mismo tener más o ganar más estar mejor. Entonces, ¿llovido sobre mojado? Al fin y al cabo ser una mismo puede dar más placer, aunque también mucho dolor, que llevar la ida de otra persona.

 

Observé otro egoísmo que tiene que ver con la mala racha. Cualquier persona sentirá en algún determinado pasaje de mala racha la necesidad de que a otro le vaya peor. Creo que es inconsciente. Son ideas de desesperación que encuentra uno mismo para poder atravesar ese viaje negro. Por eso, no hay que aferrarse a esas ideas. Que pasen de largo. Sí, estará, pero que pasen de largo. Esos pensamientos no son uno mismo. Al menos, según mi punto de vista.

P.D: esto lo escribí hoy 12 de septiembre: “Tal vez si tengo que hacer un resumen puedo decir que tengo ganas de hacer muchas cosas. A su vez, quiero que esas cosas que hago sean bailando y no sufriendo, estando estresado, ni nada por el estilo. Tal vez me equivoco al querer cumplir los objetivos sin sufrimiento.” (…) “De lo que estoy seguro es que tengo que hacer cuento la historia que iba a ser novela o novela corta. Esta derrota de la que estoy recuperándome desde hace dos años se tiene que terminar y empezar de nuevo. Aceptar la gran derrota que siento y seguir. Seguir buscando, disfrutando, creando, pensando y todo lo demás.”

 

jueves, 9 de septiembre de 2021

Pasando en limpio (2 de septiembre)


Pasando en limpio

Es otro día más en el planeta que convive con el coronavirus. Es otro día más en el que octi no está con nosotros.

Estuve pensando sobre muchas cosas. Me pasaron muchas cosas y la verdad que no sé ni por donde empezar.  A su vez estoy cansado de los mismos problemas desde hace semanas. Lo peor de todo es que los problemas no son míos. Mi único problema es Octavio… de ahora en más solo me voy a preocupar en disfrutar, leer, comer, salir si puedo e ir hacia un lado y hacia el otro si se puede.

Las cosas buenas que me pasaron tienen que ver con salir, compartir, pero nada artístico que valga la pena. Voy a volver a escribir la novela, pensar el arte, pensar muchas cosas.

 Tengo que encontrar la manera de salir de esta modorra intelectual y empezar a trabajar furiosamente.

De lo que sí puedo hablar es de la primavera. Ahora mismo está lloviendo mucho y no hace calor. Hace unos días sí hizo mucho calor y la verdad es que fue pesado. Mis malas vibras se dispararon y la verdad tenía muy mal humor. Se viene una primavera y verano con mucho calor.

No solo fue el calor. Es impresionante como el viento trajo las cenizas de la quema de la isla  a toda la ciudad. No es la primera vez que pasa y no nos podemos seguir haciendo los boludos. Nos están cagando la vida con la quema de pasto en la isla. Era una nube espesa, cargada de negrura, olor a quemado que te entraba directamente a los pulmones. Era imposible estar al aire libre porque no podía suportar el olor.  

 

Estuve pensando mucho sobre los privilegios que tengo. Algo muy de moda hoy en día y a la vez muy certero. Existen personas que creen tener más privilegios que los demás por ser blancos, de clase media, ir a tal escuela y tener tal cosa. También existen otros privilegios como ser hombre, o tener dos apellidos, y más cosas.

Hoy en día lo mejor que puede pasarle a cualquiera es darse cuenta de su propio privilegio. Que eso no ubica a nadie por encima de otra. Siempre hablar diferencia de clase, o de color, de sexo y si no se empieza abrir las cosas apelando a la igualdad de oportunidades todo va a empezar a ir mal de nuevo. Si es que ya no está todo mal.

Está todo muy confuso. Los que se postularon a diputados, de un partido y de otro, están en la misma idea de banalizar la discusión política. El mismo espacio que me enseñó a hablar de política hoy no lo hace. No se sabe por qué. No hay respuesta y nadie quiere preguntar. A veces pienso que nadie tampoco quiere escuchar la respuesta: todo está mal. No hay nada bien.

A nivel global, estamos viviendo una época de cambios tan grandes que el caos es el principal factor de desastres porque no se sabe si se va para un lado o para el otro. ¿vamos a salvar la tierra dejando de contaminar o vamos a seguir contaminando? ¿vamos a dejar de comer carne o vamos seguir? ¿vamos a construir robot para que trabajen o vamos a seguir trabajando? ¿Vamos a seguir en la democracia o estamos en una monarquía empresarial con escala mundial? ¿Vamos dar discusiones serias o vamos a seguir hablando cuestiones sin importancia? ¿Se termina la información gratis o vamos a tener que pagar? ¿se privatiza o no?

Tal vez el gran problema es que nada está definido y todo se está por definir. La verdad que no sé.  Existe como una especie de traba donde no se avanza pero tampoco se retrocede. Estamos en una especie de empate técnico.

miércoles, 25 de agosto de 2021

Pasando en limpio: diario personal

 

Pasando en limpio

Es otro día más en el planeta que convive con el coronavirus. ¿se terminó la pandemia? Es otro día más en el que octi no está con nosotros.

Me pregunto si terminó la pandemia porque veo muchos movimientos anteriores a la pandemia. Me incluyo ya que me invitaron a jugar al fútbol y voy a ir. Creo que es una decisión no ser o no actuar como antes de la pandemia ya que nada será igual. Para bien o para mal. Yo sé que soy un gran negador pero esto no lo quiero negar. Eso sí, de nada sirve ponerme a discutir o dar sermón de por qué no hay que hacer como si nada. Hay un dicho Cubano que dice “es como matar moscas con una escopeta”. Es al pedo. Cada uno hace lo mejor que puede.

Estuve sin escribir varios días. Fue una semana muy difícil, la muerte de joja de manera muy trágica y triste, el estrés por el festejo de betu y recordar que debíamos festejar el cumple de betu de otra manera sino hubiese pasado lo que pasó. Tristemente, las cosas son como son. Y además acciones de betu… [texto eliminado]….Que pase lo que tenga que pasar.

Después de un fin de semana tan movido cuesta volver a arrancar. El lunes es el mal de toda persona. Aunque los antisistemas digan que todo los días son un bajón ya que están programados al igual que el lunes.

Hay una frase de la serie Mad Men que me está dando vuelta la cabeza hace unas semanas. Está en relación con la apertura de todo casi sin pensar en las consecuencias. La frese de Don Drapper que recibe una propuesta de trabajo muy importante del dueño de los Hoteles Hilton. Este hombre le comenta que necesita publicitar sus hoteles en otros países. Don Drapper queda mudo. El hombre le hace un chiste en relación a esto y  Don Drapper le responde algo aprecido a esto “Hay que ir despacio. No vaya a ser cosa que pase como las serpientes cuando pasan mucho tiempo sin comer. A penas ven el alimento comienza a comer y es tanta la desesperación por el hambre que termina por ahogarse y muere” Algo así era. Al menos la idea expresa bien mi opinión acerca de los movimientos sociales, algunos hechos de violencia, accidentes de auto y mucha gente con ganas de salir a festejar, drogarse, escabiar. No lo hablo desde una cuestión moralista, no digo que la gente tiene que salir, no digo que la geste no tiene que festejar, digo que tiene que saber cuidarse, o debe haber alguien que la cuide.

Después de haber pasado una tragedia que me dio tanto dolor, y fue tan imprevisible, pienso que si existen tragedias que se pueden evitar, la sociedad debería estar más despierta. O debería prevenirse desde el gobierno. Como a los chicos cuando le dicen “Ya cumpliste con tu deber de estudiar. Ahora sí podés salir a estudiar. ¡No salgas corriendo que te podés caer!” La ansiedad y la desesperación por pasarla bien puede ser contraproducente.

PD: Lo anterior lo escribí el 23 de agosto. Es deci, en el día de  ayer. No lo pude subir ya que tengo problemas de conexión, pero también de cablerío, de todo.

PD2: el no poder subir me llevó a borrar algunas cosas. Eso también quita la espontaneidad y se vuelve más artificial y frío. Por otro lado, expongo menos mi intimidad. Aunque el objetivo de las redes sociales en general es mostrar la intimidad y no dejar nada para la privacidad.

PD3: es el tercer día que no lo puedo subir. No leí todo lo anterior. Lo único que puedo decir es que tengo que volver a la paciencia. Respirar hondo y estar bien. Estuve pensando mucho sobre el arte de la guerra, estuve pensando mucho sobre las frases hechas. Me pasa algo y la relaciono con una frase. No con una idea, sino con una frase. Creo que tiene que ver mucho con las redes sociales y su manera de interaccionar que tengo yo con ellas. Nada. No voy a ahondar. Termino acá.

 

 

 

 

miércoles, 18 de agosto de 2021

Pasando en limpio: diario personal

Pasando en limpio
Es otro día más en el planeta que convive con el coronavirus (¿se terminó la pandemia?). Es otro día más en el que Octi no está con nosotros. 
Es increíble que en nuestras vidas la tragedia no se termina. Betu se fue a trabajar. Yo me quedé en la cama y en cualquier momento me levantaba..
Antes de irse escuchaba que betu prendía la moto. Mientras echaba a unos perros que estaba en la vereda. No se fueron. Entró al gato. 
La perra, Joja, entró y salió varias veces. Yo seguía en lo mío intentando concentrarme en algo que sea placentero  y no pensar en que dentro de un rato tenía que trabajar y en el dolor que atravieso desde hace más de un año. 
Escuché que golpearon la puerta. Después tocaron el timbre, salió el papá de betu. La señora que golpeó dijo que la joja estaba en la zanja. Que la perra estaba muerta en la zanja. El papá de betu repitió “¡muerta!”. Dos perros pitbull la atacaron, la mordieron y no resistió.  Cuando escuché eso me acerqué a la ventana. Abrí los ojos, tapé con mi mano la boca. Quedé shockeado. No lo podía creer. Rápidamente pensé que como podía ser. Ahora debía contárselo a betu. Sabía que tenía que darle malas noticas. Era la segunda vez en menos de un año. La primera vez fue a finales de noviembre del año pasado. No voy contar sobre esa vez. 
Fui a la casa del papá de betu. Primero miré por la ventana que da a la casa de ellos. La puerta estaba entre abierta. Golpee y entré. El papá se estaba secando las lágrimas. Le dijo que escuché cuando vino al señora a avisar. Me dijo que esa vieja de mierda tenía que avisar antes no cuando estaba muerta ya. Seguía pensando en como darle la noticia a betu. 
Tenía que ir a trabajar. Todavía no podía creer que había pasado eso. ¿Cómo no escuché eso la puta madre? Fue todo muy rápido. Yo la escuché ladrar pero antes de que betu se vaya a trabajar. ¿Cómo se lo iba a decir a betu? Me fui a trabajar. Estaba en cualquier nube, menos en el trabajo. Por suerte los chicos se portaron bien, me escucharon, trabajaron, leyeron, volví del trabajo a casa. Me senté e intentaba procesar todo. No podía creerlo. Miré la hora y eran las doce. Betu iba a volver a las dos de la tarde. Miré la hora de nueva y eran la una. Estuve una hora mirando el suelo pensando por qué nos tiene que pasar una tras otra sin poder recuperarnos. ¿Cómo puede haber muerto de esa manera tan triste, trágica, injusta? Sí, ya lo sé, las cosas pasan aunque nosotros no queramos que pasen. 
Llegó, entró la moto y me saludó. Le conté que había puesto un pollo al horno y unos choris. Primero le dije que se siente que tenemos que hablar. “¿¡Qué pas0ó!?” Entre graciosa y seria. Luego de un rato cuando se dio cuenta que no estaba jodiendo repitió “¡ay, no! ¿¡qué pasó!? 
Un grito profundo y desgarrado salió de ella. La abracé y erra lloraba. Recién ahí pude llorar. No la íbamos a ver más a la joja. Nos acompañó en todo nuestro proceso de tragedia. La cuidamos cuando se puso mal, le cocinábamos, dormía a la noche en nuestra casa, y a la mañana saltaba a la cama para que le abramos la puerta. Largaba un aullido cuando tenía hambre. Se la pasaba ladrando a cualquiera perro o gato que pasara por la vereda o la vereda de enfrente, pero cuando salía no hacía nada.  Era muy buena. Muy compañera. 
Betu salió a la calle llorando y caminando. No hay cosa peor que llorar con un ronquido profundo y ahogante. Escuchar eso es el dolor más profundo de todos.  Fuimos a preguntar de quien eran los perros. No lo encontramos. A la tarde fue con los padres a la casa de los dueños del perro. Estaba ahí cuando golpearon. Betu me dijo que el dueño se excusaba diciendo que también los perros le había matado una gata. Entonces cómo podés tener esos perros acá, nadie va a tener perros o gato porque los van a matar tus perros. Te lo pago, decía el tipo. Como me lo vas a pagar, era una perra que tenía hace diez años, no era una perra de raza, no la tenía para hacer facha, para alardear. El tipo era un pelotudo bárbaro. Al menos betu se pudo desahogar. Fue un día muy triste. Muy cansador. 
Después semejante golpe nos queda las reflexiones. No las quiero, no quiero nada la verdad, pero pasan. Vienen solas. Betu pensaba que es increíble que se pueda perder siempre un poco más. Parecía que las cosas estaban bien, pero no. Nos siguen pasando cosas por las cuál sufrir mucho. ¿Algo más nos puede pasar? ¿Sabés qué es lo peor? Lo peor es que sí. Nos puede seguir pasando cosas malas. Todas las cosas que todavía nos falta perder. 
Aún así, seguimos adelante. 

lunes, 16 de agosto de 2021

Pasando en limpio: diario personal

Pasando en limpio
Es otro día más en el planeta que convive con el coronavirus. Es otro día más en el que octi no está con nosotros. 
Ayer fue domingo de día del niño. También existe una nueva manera de nombrarlo: niñez. No voy a darle más entidad que esa. Cambió de nombre. Seguimos cambiando palabras pero no seguimos cambiando la realidad material de los pibes. Agenda única para el peronismo, pero no para este gobierno bastante pecho frío. 
Ayer fue domingo de día del niño. A betu se le dio por ir a pasear. Era un día muy hermoso, la verdad. No se lo iba a negar. Hace mucho tiempo que no salía a pasear no solo por la pandemia, o la cuarentena, o el miedo al virus, sino porque la verdad no tenía la mínimas ganas. En ese momento consideré que peor podía ser quedarse encerrado en este día.
Había gente, mucha gente. En auto, en moto, en bicicletas, en las plazas en las calles, en los bares. Es un poco absurdo la salida exagerada como expliqué en mi post anterior (fue una exageración cerrar todo de golpe como también es una exageración abrir de todo de golpe). Nosotros andábamos en moto. Después de un rato empecé a sentir incredulidad. No podía entender que la gente esté bien yendo de un lado hacia otro, estando comiendo en los bares, sentía una especie de mentira. Sentía que todo estaba exagerando y que de verdad ninguno estaba disfrutando tanto amontonamiento de gente. Tanta pero tanta gente pegada una a la otra. Tal vez era solo yo que fue ver mucha gente de golpe pero me pregunté seriamente ¿realmente todos querían estar ahí (en las plazas, en los juegos, esperando para comer en los restaurantes, en los patios de comida, en los carritos, para los almohadones de azúcar, para las manzanas verdes)? Cuando pasaba el tiempo me daba cuenta que el que estaba incómodo era yo. Nadie más que yo. 
Fuimos a la casa de mis viejos. Estaba mis sobrinos, mis primos, mis hermanos. Aguantamos todo lo que pudimos y luego nos fuimos. 
Antes de dormir pensé que no fue un día tan malo. La pasamos como lo mejor que pudimos. 

Escuché un ruido. Nube quería salir, entró por la ventana el gato negro, se fue, entró la gata blanca, comió, se fue y nube se fue. Después de un rato lloraba para entrar. Me dormí. Dije algo en voz alta. Estaba soñando. Lloré, me desperté, betu me escuchó. No quería contarle lo que soñé. Después de un rato me preguntó que dije. Le conté mi sueño. En el sueño había llorado. 
No podía dejar de pensar que todas las emociones que sentí durante el día lo soñé esa noche. A una amiga de mi hermano, como en un camping, mientras mi hermano contaba algo que no me interesaba y la amiga lo escuchaba. Yo veía como un cerdo chico se tiraba al agua y luego flotaba sobre el agua. No quiero contar todo. En el sueño, le contaba a esta piba sobre Octavio. Me hacía bien. Mientras le contaba hubo mal entendidos. Tuve que explicar nuevamente. Apareció betu interpelando a la piba por un comentario, por lo cual mi explicación tuve que ser más larga y más específica. Lloraba mientras contaba, me sentía bien, sentía ternura, pero también una tristeza enorme. 
Hay días que serán así. No queda otra que resistir a la locura de querer olvidar todo y la locura de querer recordar todo. Ya habrá un momento en que mi cabeza, en mis emociones más profunda puedo realizar la mejor de las síntesis de mi gran pérdida. Mientras tanto sigo transitando el dolor de la pérdida más preciada. Sí, puede ser que sea un luchador. Tal vez uno de los mejores. Aún así qué dolor enorme se puede sentir a veces. Y nada hay que aceptar al inconsciente, a los sueños, y a las pesadillas. 
Esa misma noche que yo soñé, betu soño con su abuela que falleció este año. Betu tiene directamente pesadillas. Yo no o al menos no me asusta simplemente vivo los sueños. Son sueños muy fuertes que dueles, no me asustan, pero siempre me despierto llorando. Me dejo llevar, peor de lo que estoy no me va a hacer. 
P. D: no quería hablar de esto. Pero fue algo muy fuerte. Son consecuencias que atravieso después de una tragedia. Cada uno tendrá sus consecuencias. Estas son las mías. 
P. D 2: existe una “estrategia” argumental de la narrativa que se llama “ex – machin”. En mi vida, no existe eso. No estoy esperando que algo venga desde afuera (aunque inconscientemente lo desee por ser un simple ser humano que vive en una sociedad, con su cultura metafísica religiosa, etc.) y me salve. Aunque inconscientemente lo pueda desear, sé que no va a pasar. Por eso, creo que lo mejor que se puede hacer es tomarse todo el tiempo, el tiempo en un sistema capitalista es poder, aunque existan personas que te apuren a estar bien. Yo me tomaré todo el tiempo que me tengo que tomar. 

sábado, 14 de agosto de 2021

Pasando en limpio: diario personal

Pasando en limpio
Es otro día más en el planeta que convive con el coronavirus. Es otro día más en el que Octi no está con nosotros.

Me levanté de golpe de la cama. Fui a la cocina y vi que la puerta estaba cerrada con traba. Nunca cierro con traba a la siesta. Me asusté y caminé para atrás. Estoy yo solo así que es imposible que sea otra persona que yo. Esto no es un cuento de misterio y tampoco de terror. Fui yo el que hizo eso. Lo único que demuestra la puerta trabada es mi estado de psíquico. Estoy haciendo cosas maquinalmente, sin pensar, y después no me doy cuenta que lo hice yo. Y lo peor es que me sorprender y me digo “¿yo hice/dije/ eso?” Son días.
Cualquier observador astuto podría decir que la pandemia ya terminó. De la misma manera que hablé de la paciencia la semana pasada puedo decir que si no soy el único que piensa en eso debe haber dos o tres más. La calle está explotada de gente y las plazas también. Las noches se escuchan muchos ruidos. No digo que esté mal lo que quiero decir que de la misma manera que era una exageración el año pasado cerrar todo como se hizo es también una exageración abrir todo como si nada hubiese pasado de golpe. De la misma manera que creo que fue un error de la cuarentena del año pasado es también un error la apertura de esta forma. No sé. Algo me hace ruido. Debe ser el aprovechamiento político más que nada. 
Cambié la organización del día. Hice ejercicio por la mañana en vez de la tarde como venía haciendo y siento que me duermo. Creo que si me dejo llevar por un rato me duermo enseguida. Sin dar vueltas y sin estar con el teléfono o pensar cosas que a nadie le importa y que mi mente piense por mí mismo. Es decir, tener insomnio.
Ayer a la tarde medité. Puse el teléfono en la aplicación para respirar y dejé que mis pensamientos fluyan por sí solos. A la vez, escuchaba todo a mí alrededor. Al frente de mi casa hay un kiosco y se escuchaba la conversación entre cliente y empleado. Eran las conversaciones típicas “que te dio” Quiero esto/aquello”. Los autos pasaban por las piedras de la calle dejando polvo levantado, olor a aceite y nafta, y el ruido del motor alejándose. De la misma manera pasaba con las moto aunque un ruido más leve. También podía escuchar las ruedas de las bicicletas andando arriba de las piedras. El vecino había puesto cumbia y se escuchaban como hablaban por encima del volumen de la música. Era un día como todos los demás desde hace un año que vivo acá. Lo diferente era mi pensamiento en cuanto todo eso. No sentía rechazo sino más bien aburrimientos. Después veía como pasaban por mi mente el pensamiento. No dejaba que los pensamientos me tomen, sino que siguieran su camino. Tampoco los etiquetaba, sino que sigan su camino. Fue solo un rato, pero lo suficiente como para levantarme un poco mejor. Lo debería hacer más seguido. 

Hace unos días venía leyendo unas frases sobre la modestia o la humildad. Y lo estaba relacionando con las personas que conozco, me incluyo, que estamos por terminar algo, sea un trabajo, una carrera, arreglar algo o cualquier cosa que se considere un proyecto, y no podemos dar el paso para terminarlo. Me gusta la frase que estaba leyendo porque habla sobre como la duda puede paralizar o lazarte hacia el objetivo. En la frase se comente que hoy en día la duda obliga al hombre moderno a detenerse del todo. Y no es así, sino que la duda debería ser el lugar de apoyo para reflexionar, pensar, razonar, para luego lazarse hacia el objetivo. La modestia como el momento de pensar “¿hice algo mal? ¿Cómo puedo mejorar?”. Está bien pensar eso. Lo que está mal es pensar “nunca lo voy a poder lograr. Nunca voy a aprender –algo-”. Interesante.

Escuchando hablar sobre la salud mental a Iñijo Errejón me dispararon varios reflexiones que iré deshilachando a la largo de la semana o del mes. Hablaba sobre cómo las personas estamos saturadas, pero quiero frenar en algo periférico. Hablaba de cómo los millenials, los de 30 a 40 años muestran en las redes que hacen mil cosas: fotógrafos, teatro, música, stand up, escribe en un blog y varias cosas más. Todo esto se muestra en las redes, pero comenta de una ejemplo de cómo se hace mucho, se produce mucho, pero se vive en habitaciones o casas muy pequeñas como si fuera adolescentes. Comenta que en algún momento explotan y caen en depresiones, o ansiedades, o cualquier otro problema psíquicos. Hablo de esto porque comenta que la persona se cuestiona así mismo en vez de cuestionar al sistema, a la sociedad, que poco a poco lo empuja a empleos precarios, sueldos de hambre y hacia la marginalidad.
No es la primera vez que hablo sobre la salud mental. Y casi, me digo a mí mismo que “van a pensar que está re loco” esta visión es propia también de la crianza. Donde se habla sobre la salud mental y como dice un locutor de radio por ahí “yo me quiero deconstruir, pero existen cosas que me la metieron en el cerebro cuando tenía cinco años” ¿y cómo luchar en contra de ese adoctrinamiento pasivo? No quiero exagerar. Pero existen esos pensamientos de un tío, primos, amigos, que dirá “no seas maricón. En mis tiempo para sacarnos la ansiedad íbamos a cavar pozos” De todos, modos yo también caigo en este “pensamiento de tiburón”. Es decir, de pensar que uno puede todo, solo o acompañado, contra todos. Y no es así. Y termino acá esta reflexión por miedo a ser redundante porque como ya dije no me gusta corregir. 
Como dije, son esos días. Termino llegando tranquilamente a mi objetivo de las mil palabras. Que tengan un buen día, noche o tarde.

viernes, 13 de agosto de 2021

Pasando en limpio: diario personal

Pasando en limpio
Es otro día más en el planeta que convive con el coronavirus. Es otro día más en el que octi no está con nosotros. 
Abrí un ojo. Después otro, escuché que Nube lloraba. No me levanté. Betu se levantó a darle de comer y abrió la puerta para que la perra salga al patio. Subí la frazada hasta la cabeza. La bajé, miré con un ojo la ventana y todavía estaba oscuro. No había amanecido. No quise ni preguntar la hora que era. Me tape de nuevo hasta la cabeza para no sentir el frío. 
Respiré hondo y me di cuenta que estaba resfriado. El resfrío que tengo siempre por la mañana cuando duermo la noche anterior destapado hasta el pecho. Me muevo hacia el costado y me pongo en modo fetal. No está bueno usar esa palabra. Muchos recuerdos paralelos que no voy a nombrar.
Después de un rato agarré el teléfono y estuvo bastante tiempo en la cama hasta que agarrara coraje para enfrentar el frío. Me levanté, me preparé un café con leche muy caliente, me senté a leer un poco así me puedo poner a estudiar. Las masitas estaban muy dulce así que no le puse azúcar al café. Al terminar tuve que ir por un vaso de agua porque la dulzura todavía la sentí en la boca. Era rica las masitas, pero al comer muchas a la vez era muy dulce. 
Mi cuerpo se acostumbró a la brisa fresca. Aunque el horno y las hornallas prendidas volvieron al comedor y cocina bastante cálida como para comenzar la mañana.

En estos tiempos de cuidarse me acordaba la idea de “no salvarse”. Los poetas de antes hablaban mucho sobre no caer en la comodidad, en la salvación, en la cultura del bienestar. Claramente era otra época donde uno podía confiar en su cuerpo ya que no había una plaga circulando por cualquier parte del mundo. Entonces los poetas agitaban la idea de no salvarse, de ir por todo, de ir contra lo establecido, el estado, la policía, contra cualquier que pudiera poner autoridad. Ahora eso no es posible porque es el cuerpo el que se está degradando y los límites lo pone un virus. ¿Cómo enfrentamos un virus? No sé. No tengo respuestas. Lo que sí estoy seguro es que no hay otra manera que tener paciencia. En algún momento se terminará por lo que cada uno debe prepararse en lo suyo para cuando el mundo se abra otra vez. Pero creo que no hay otra cosa que tener paciencia y trabajar sobre uno mismo, pensar en lo que quiere uno de sí mismo, o en lo que quiere progresar o en lo que quiere ser y hacer. Y después tener paciencia. Observar todo lo que pasa a nuestro alrededor, las decisiones que se toman para enfrentar esto. Observar cómo nos dejó esto, o nos dejará, cuáles serán las consecuencias mentales o físicas. Observar las posibilidades que nos dejará todo esto para desenvolvernos en nuestras vidas lo mejor que podamos. No será fácil porque vamos a quedar rotos. No tengo dudas, por eso tener la paciencia suficiente para rearmarnos. Y no hablo solo en sentido espiritual, sino también material. El panadero deberá rearmarse, el kiosquero, el verdulero y el obrero de cualquier área. Yo hoy opto por la paciencia, aunque a veces existan muchas ganas de tirar la toalla. 

P. D 1: Todo lo anterior no lo digo de manera ingenua. Estamos sufriendo y soy consciente, pero la única manera de seguir es tener paciencia para luego actuar. Mientras tanto observar, imaginar, planificar. Ufff, parezco un pastor.
P. D 2: Me quedé seco mentalmente. Bueno, creo que lo importante es recordar los objetivos. Son pocos pero los tengo que cumplir. ¿qué seríamos sin objetivos, o sueños o algo que está allá en el futuro, en el mañana? Creo que nada. 
P. D 3: la idea es siempre escribir entre ochocientas y mil palabras. Claramente no estoy llegando. Me acuerdo que antes me ponía muy exigente en llegar a las mil palabras por eso empezaba a escribir sobre como no me sale escribir hasta llegar a las mil palabras. Entonces decía todo lo que se me dificultaba, los temas difíciles de abarcar, las excusas, los problemas, las herramientas que me faltan. Bueno decía todo eso y llegaba. Ahora quiero tener una poco de dignidad y no hacer esa “lloriqueo”. Así que voy a dejar de escribir ahora.